
Transformación de piscina en biopiscina
De piscina en biopiscina
Transformar una piscina tradicional en una biopiscina o un biolago es (casi) siempre posible. Tras la inspección, podremos evaluar juntos las soluciones y los costes correspondientes.
Existen varios métodos para convertir su piscina en ecológica, y aprovecharemos la ocasión para evaluar la impermeabilidad y la estructura de la instalación existente. Sin duda, la conversión a biopiscina es la opción más ecológica y económica en cuanto a costes de gestión.
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¿Cómo convertir una piscina en una piscina biológica o un lago biológico?
Convertir una piscina en biológica significa eliminar el sistema de depuración y desinfección existente y sustituirlo por un sistema de filtración biológica.
Hay diferentes soluciones, dependiendo de la viabilidad y del resultado que queramos obtener. Se trata de insertar un biofiltro, con o sin plantas acuáticas, dentro o fuera de la estructura. El biofiltro, o filtro biológico, debe considerarse como un «parterre acuático»: una superficie sumergida de fitodepuración, plantada con plantas palustres y acuáticas. Esta zona ocupa aproximadamente el 20-25 % de la superficie, aunque depende de varios factores, como la calidad del agua y el número de usuarios.
Su instalación dentro de la estructura, mediante un muro divisorio, reduce la superficie apta para el baño, pero puede ser necesaria si el espacio del jardín no es suficiente para una ampliación.
Ventajas y desventajas de una piscina ecológica o un lago ecológico
A continuación enumeramos algunas ventajas y desventajas de convertir una piscina tradicional en una piscina ecológica o un lago ecológico:
Menores costes de gestión: una biopiscina nunca se vacía durante el año, no requiere la adición continua de productos y tiene un sistema técnico muy sencillo y de bajo consumo energético, lo que permite ahorrar en las facturas.
No requiere mantenimiento diario: la depuración biológica se realiza de forma autónoma y permite una gestión más sencilla que la de una piscina tradicional. Instalando sensores remotos, una biopiscina también se puede gestionar en una segunda residencia.
Calidad del agua incomparable: será como bañarse en un lago de montaña, sin sustancias irritantes para la piel y las mucosas como el cloro. ¡Se pueden abrir los ojos bajo el agua!
La presencia de plantas acuáticas hace que el jardín sea más agradable y rico en biodiversidad.
Al ser un ecosistema, requiere atención y cuidados, aunque muy diferentes a los de una piscina tradicional: sin duda, es una solución para los amantes de la naturaleza y la ecología. ¡No hay que asustarse si se encuentra una rana o un insecto acuático en la zona de fitodepuración!
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