Gestión hidrica

La gestión del agua es una práctica que está ganando cada vez más terreno en los últimos años y que resulta necesaria en muchos contextos de sequía o mal funcionamiento de la red de abastecimiento de agua (por ejemplo).

Una gestión integrada del agua puede aportar diversas ventajas, entre las que se incluyen sin duda el ahorro en la factura, un suministro de agua continuo y abundante y una optimización no solo para uso doméstico, sino también para la agricultura.


Nos referimos a cualquier práctica destinada a optimizar los recursos hídricos, integrando, siempre que sea posible, el agua del acueducto con otras fuentes (agua de lluvia, acuíferos, etc.).

Esto permite ahorrar mucho en el consumo, con un notable beneficio económico y ecológico. Además, otro gran ámbito de intervención es el de la protección contra la erosión y el riesgo hidrogeológico, con un estudio sobre las posibles canalizaciones (y posible recuperación) de las aguas pluviales.

Cada caso es único, porque cada lugar tiene sus propias características y cada uno tiene sus propias necesidades y posibilidades. Por eso, es imposible estandarizar una solución.

Nosotros nos encargamos de pensar juntos en alternativas para la gestión del agua, partiendo de las necesidades y analizando el potencial del lugar, tratando de optimizar las fuentes e incentivando la reutilización, con una perspectiva de permacultura.


 A continuación, ofrecemos algunos ejemplos que, según el caso, pueden integrarse en una mezcla de agua personalizada según las necesidades de cada uno.

Una de las recursos más ampliamente disponibles es sin duda el agua de lluvia.

Para optimizar su recogida, se realiza un estudio sobre la pluviosidad histórica del lugar y la superficie útil para la recogida.

Para dimensionar la posible cisterna o depósito al aire libre, se realiza una estimación de los volúmenes utilizados y del potencial: por ejemplo, el agua de lluvia puede reutilizarse dentro de la casa, para el riego o para abrevar a los animales.

Juntos veremos las distintas posibilidades y costes de almacenamiento para llegar a una solución ideal, con varias opciones de reutilización.

La lluvia también se puede recoger en terrenos inclinados, mediante canalizaciones o pequeños aterrazamientos que podrían ralentizar el escurrimiento y retener la humedad en el suelo, con ventajas tanto para los posibles cultivos como para la vegetación y la biodiversidad en general.

La tendencia actual es alejar la lluvia lo antes posible, mediante canales o tuberías que aceleran el vertido de las aguas pluviales en los principales ríos. Sin embargo, esto provoca un aumento repentino del caudal, con los consiguientes daños hidrogeológicos generalizados.

Por el contrario, la ralentización de las aguas pluviales en las laderas aumenta la alimentación de los acuíferos, además de incrementar en general la disponibilidad de agua en la zona para las plantas y los animales, y de dilatar en el tiempo el aumento del caudal de los ríos.

Los canales swale son otra práctica muy sencilla y eficaz para retener el agua de lluvia en el suelo, lo que da lugar a la recarga de los acuíferos, el aumento de la humedad del suelo y la biodiversidad. Se trata simplemente de zanjas excavadas en las líneas de nivel del terreno, rellenas con material orgánico y cuya tierra excavada se devuelve inmediatamente aguas abajo de la propia zanja, creando un sistema de zanjas-montículos.

Los swales son fundamentales en terrenos inclinados, sobre todo para reducir el riego y la erosión hidrogeológica. También pueden ser útiles para aumentar el agua en el acuífero, con repercusiones positivas también en las zonas situadas aguas abajo y en la recarga de los pozos.

En esta página encontrará información más específica sobre los sistemas de fito-depuración.

En esta sección solo queremos destacar su importancia desde el punto de vista de la recuperación de las aguas depuradas.

De hecho, las aguas que salen de la planta pueden reutilizarse para el riego, para usos externos (lavados u otros) o para la descarga de los propios inodoros, creando un recirculación continua y permitiendo reutilizar las mismas aguas varias veces.

En muchas zonas donde la red de abastecimiento de agua funciona de forma intermitente, puede resultar útil diseñar un sistema de almacenamiento que pueda suplir las carencias temporales de disponibilidad de agua.

Se trata de soluciones muy económicas y fáciles de aplicar, pero que aportan grandes ventajas.

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